martes, 25 de junio de 2013

Patrón y cliente

Hoy en día todos tenemos el sentimiento de ser iguales, con derecho a tener bienes materiales e inmateriales y convencidos de que es posible subir en la escala social. Lejos de esta concepción estaban inmersos los pueblos en la antigüedad, los cambios sociales no existían y el único movimiento que había era descendente. La desigualdad era enorme pero este orden era aceptado por la sociedad.

No se podía acceder libremente a posiciones y recursos, todo estaba a ligado a otras consideraciones como el nacimiento. Quien no tuviera esta posibilidad y quisiera acceder a los recursos debía siempre recurrir a alguien superior con conexiones para poder brindar estos beneficios. A esta persona se la llamaba patrón.

Este brindaba a su cliente lo que este le pidiera: dinero, alimentos, protección, cuidados, conexiones y facilidades para sus objetivos.  A cambio de ellos esperaba del cliente lealtad y honor, esto se hacía mediante la concurrencia del cliente en las primeras horas de la mañana  a presentar sus respetos por el patrón, y a cambio este recibía algún regalo monetario, provisiones o invitaciones a cenar.

La elite era el patrón por naturaleza, ya que tiene recursos económicos, sociales y políticos. La curioso de los patrones es que no solamente estaba relacionado con el género masculina, sino que mujeres también lo eran.

 Inicialmente el patrón provee al cliente con sus propios recursos, pero si por algún motivo no pudiera concederle esto, hacia de intermediario dando conexiones con alguien de mayor jerarquía. Se podía ir así subiendo hasta llegar al máximo patrón terrenal, el emperador.

Hay textos que hablan de esta relación patrón-cliente entre Dios y Jesús. En diversos momentos bíblicos se entabla esta relación de Dios con alguien que le es devotamente fiel como por ejemplo Moisés, Gideon o Elías. Así mismo sucede con Jesús, en la epifanía del Jordán, que ahora goza de una condición única que es el poder divino otorgado por Dios con el cual el cura y exorciza.

Reiteradamente Jesús muestra su lealtad a Dios, su patrón.  Teniendo como referencia a los textos de Marcos vemos como Jesús sigue  un camino marcado por la voluntad divina. En otra parábola, las de los viñadores homicidas se muestra a dos tipos de clientes, arrendatarios desleales, un hijo obediente y la consecuente reacción del patrón. De acuerdo con Marcos quien reciba o rechace a Jesús, lo hace con Dios. Los arrendatarios destruyen al patrón, que recupera su honor destruyéndolos, redimiendo la vergüenza de la muerte del hijo, transformándolo en victoria.

En otras se muestra a Jesús defendiendo los intereses de su patrón, pues así como al Cesar, a Dios hay que darle lo que es suyo. El primer mandamiento es amara a Dios por sobre todas las cosas, segundo hay que amara a todos los clientes de Dios, al prójimo, como a uno mismo.


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