El judaísmo despertaba en el mundo grecorromano diferentes
reacciones. A unos no les gustaba. Otros apreciaban su monoteísmo, sus
principios éticos. A estos últimos se los clasifica en:
- Los temerosos de dios
Estas persones apreciaban los principios del judaísmo, sin
integrarse, por diferentes motivos, como presiones familiares o sociales.
- Los prosélitos
Eran extranjeros residentes con obligaciones religiosas. Se podía
ser judíos por nacimiento o por conversión. Requisitos: aceptación del Torá;
circuncisión de los varones; inmersión; y sacrificios (no requerido después de
la caída del templo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario